Difusión del Cristianismo
Difusión del Cristianismo

La Edad Antigua de la Iglesia se presenta como la Edad de lucha, triunfo y organización. En su lucha, la Iglesia tuvo que vencer, primero, las dificultades que le oponían los judíos, en cuyo ambiente había nacido y en donde tuvo su primer desarrollo. Luego hubo de mantener una batalla de vida o muerte con los poderes del Estado que trataron con su inmenso poder de ahogar a la naciente organización. El tercer enemigo era la conjuración de la filosofía antigua junto con la religión pagana, que al ver desaparecer su prestigio, trataron de reorganizarse y levantaron toda clase de obstáculos al avance del Cristianismo. Finalmente el cuarto enemigo, el más peligroso de todos, procedía de su mismo seno. Eran hijos disidentes, los herejes o cismáticos, que trataron de torcer el camino de la Iglesia dando interpretaciones falsas a la doctrina de Cristo o negando la sumisión a la autoridad jerárquica.

Frente a todos estos enemigos, la Iglesia no sólo salió victoriosa, sino que fue creciendo sin cesar, mientras oponía a las armas de la violencia la constancia de sus confesores y mártires, a las armas intelectuales de los filósofos paganos las de sus teólogos y apologetas, y a los herejes la fortaleza y clarividencia de sus Pontífices y Doctores.

Con su triunfo en el Edicto de Milán (313) se inicia un nuevo periodo en la vida de la Iglesia. El Estado, vencido por el Cristianismo, se declara cristiano, y poco a poco va introduciendo en su legislación una serie de medidas que significan la eliminación del paganismo de la vida pública y la declaración del Cristianismo como religión oficial. Esto condujo a la cristianización cada vez más profunda de las instituciones sociales y de toda la vida pública.

EL MUNDO A LA VENIDA DEL CRISTIANISMO

Cristo vino al mundo en la plenitud de los tiempos, es decir, cuando el mundo había llegado a la plenitud de la preparación. Esta preparación podemos considerarla tanto de parte del mundo romano, que constituía entonces el mundo civilizado, como de parte del mundo judío que es el que rodeaba más de cerca a Cristo.

I.- Mundo romano:

Esta preparación puede ser negativa (consistente en las deficiencias fundamentales de su situación) o bien positiva (por algunas circunstancias que favorecían la propagación del Cristianismo).

a.- Preparación negativa del mundo romano

La preparación negativa del mundo romano aparece bajo cuatro aspectos: religioso, filosófico, social y moral.

Religioso: A los cultos primitivos de los Manes, Penates y Genios, había sustituido en Roma el culto oficial de la tríada capitolina: Júpiter, Juno y Minerva. Pero esto no satisfizo al pueblo y así, poco antes de la Era cristiana, se introdujo el culto de Roma y del Emperador, que se convirtió en la forma oficial de la religión del Estado. Sin embargo, aunque acogida con aplauso, no respondía a las verdaderas necesidades del hombre, por lo que al aparecer el Cristianismo las clases cultas de Roma eran completamente irreligiosas; el pueblo se hallaba desorientado y sentía más atractivo por los cultos orientales.

Filosófico: La filosofía se hallaba también en franca bancarrota, lo cual era de graves consecuencias, pues ella es la llamada a suplir en la vida ética de muchos la falta de ideas religiosas. A las grandes especulaciones de los filósofos griegos: Pitágoras, Sócrates, Platón y, Aristóteles, habían sucedido unos sistemas de carácter práctico. Mientras aquéllos habían llegado a cierto conocimiento de la divinidad, la tendencia de la filosofía romana presenta un carácter pesimista y escéptico.

Social: Las descripciones que se han conservado sobre el estado social y moral del mundo grecorromano llevan un sello de marcado pesimismo, y aunque hay que quitarles algo de lo que se debe a la exageración, dan una idea aproximada del estado deplorable de Roma bajo este aspecto. Las clases oprimidas son indicio del estado social de Roma. Existía una oposición radical entre nobles y ricos, y la plebe inmensa de los parásitos. La clase noble se entregaba a los vicios más refinados, propios de su posición social. La institución de los esclavos y la manera como éstos eran tratados es una de las lacras del mundo romano. El esclavo era considerado como una cosa, que el dueño podía disponer a su antojo.

Basílica martirial de Santa Eulalia. Mérida
Basílica martirial de Santa Eulalia. Mérida

Moral: El estado moral de la sociedad romana aparece sumamente bajo. Tácito, Séneca y Juvenal nos describen con colores no menos negros que San Pablo la corrupción de la sociedad de su tiempo, especialmente por el lujo desmedido (molicie de los baños, sibaritismo de los banquetes) y las diversiones, especialmente los juegos del anfiteatro, el gran vicio de los romanos libres, que fomentaban los emperadores y que duraban muchos días y en ocasiones meses. El espectáculo que más divertía al pueblo era la lucha sangrienta entre hombres; aullaba de júbilo cuando un gladiador caía herido de muerte. Con gran entusiasmo se asistía a la lucha de un pelotón de hombres, mujeres e incluso niños, muchas veces cristianos inocentes, contra un número considerable de fieras salvajes, por el delito de ser cristianos.

b.- Preparación positiva del mundo romano

Frente a todas estas circunstancias negativas que hemos expuesto, existían asimismo una serie de circunstancias favorables, que suponen una preparación positiva.

Unidad del imperio y del mundo conocido: Esto, junto a la unidad de lengua, ponía en manos de los Apóstoles del Cristianismo un arma incomparable para poder trabajar en territorios inmensos.

Las religiones y misterios orientales: Las diferentes religiones y cultos orientales habían conseguido promover en el pueblo cierto sentimiento religioso.

Tendencia general al Monoteísmo: No obstante la multitud de dioses y misterios, todos ellos llevaban implícita la confesión de un Ser Supremo, a quien hay que aplacar, satisfacer y adorar por medio de ritos y ceremonias.

Elementos de verdad en la Filosofía: La misma Filosofía, sobre todo la clásica griega y la que mejor la representa entre los romanos, la escuela estoica, contenía muchos elementos de verdad. Platón dedujo del orden del mundo la existencia de un Dios y Aristóteles, en su metafísica, llegó al conocimiento del primer motor o Ser Absoluto. Así se explica que algunos teólogos cristianos y que algunos pensadores de la escuela de Alejandría, Clemente y Orígenes, llegaran a la convicción de que el helenismo había sido precursor del Cristianismo.

Basílica de San Pedro. Roma
Basílica de San Pedro. Roma

II.- Mundo judío:

a.- Datos históricos: El pueblo de Israel había sido separado de los demás por el mismo Dios, para encomendarle el depósito de la Revelación. Con los reinados de Saúl, David y Salomón llega a la cumbre de su grandeza material (hacia el año 1.000 a.C.) haciendo vasallos suyos a los filisteos, moabitas e idumeos. Rota su unidad el año 962 a.C. siguió un período de infidelidades que terminó en 721 a.C. con la cautividad de Israel por parte del rey asirio Salmanasar y con la de Judá en 587 a.C. por Nabucodonosor. Vueltos del destierro el año 563 a.C. y después de largos años de sujeción a poderes extraños tuvieron lugar las gloriosas luchas de los macabeos por la liberación de su patria, hasta que el año 37 a.C. Pompeyo los subyugó definitivamente. Desde ese año gobernó Herodes el Grande con el título de rey pero con sumisión absoluta a los romanos. El 6 d.C. quedaron Judea y Samaria gobernadas directamente por Roma. Poncio Pilatos fue su gobernador desde el año 26 al 36 de la Era Cristiana.

Mosaico del Buen Pastor. Mausoleo de Gala Placidia. Rávena
Mosaico del Buen Pastor. Mausoleo de Gala Placidia. Rávena

b.- Instituciones y partidos: A través de tantas vicisitudes y calamidades, se mantuvo siempre viva en Israel la esperanza de un futuro libertador o Mesías. A pesar de sus infidelidades, muchos profetas mantuvieron y avivaron constantemente la fe del pueblo. Para mantenerla en este estado contribuyeron las siguientes instituciones y partidos: Primero el SANEDRÍN, instituido después de la cautividad, era un senado de 71 miembros que velaba por la ley judía. Los SADUCEOS, partido eminentemente político, imbuido de las ideas helenísticas de su tiempo, medio racionalista y medio paganizado. Los FARISEOS, que eran el polo opuesto, defendían la ley al pie de la letra, pero juntamente se dejaban llevar del mayor apasionamiento y la más baja hipocresía. Otro grupo importante era el de los ESENIOS, que eran judíos disidentes, de quienes nos dicen Josefo y Filón que formaron nutridas colonias. Los documentos de Qumrán, descubiertos en el Mar Muerto, dan abundante luz sobre ellos. Estos documentos son el Comentario de Habacuc, el Manual de Disciplina y otros muchos, más o menos completos. Al mismo tiempo existía una ÉLITE de fieles israelitas, que guardaban con toda su pureza el espíritu de la ley. Entre estos elementos se conservó la viva expectación del Mesías.

c.- Los judíos de la dispersión: Con ocasión del cautiverio de Nínive y Babilonia, los judíos entraron en contacto con otros pueblos, y así, aún después de concedida la libertad, muchos continuaron allí formando colonias judías. Estas colonias de Mesopotamia se fueron consolidando y aumentando, por lo cual en tiempo de Alejandro Magno y de sus sucesores, los diadocos (sus generales), se extendieron a Egipto, sobre todo a Alejandría, fundada en 332 a.C., donde formaron un núcleo nutridísimo, de modo que a la venida de Cristo esta ciudad contaba con unos 200.000, los cuales disponían de una riqueza que los hacía dueños de toda la industria y poseían una cultura extraordinaria. Semejantes colonias existían en Damasco, Esmirna, Corinto y en las ciudades más importantes de Oriente. Algo parecido se puede afirmar de Occidente. En Roma, bajo Tiberio, había unos 150.000 judíos que formaban un gueto especial al otro lado del Tíber. También sabemos que existían colonias judías en las Galias y en Hispania. Todo esto tuvo dos efectos: por una parte en Alejandría se formó una ideología especial, una mezcla de judaísmo y helenismo, donde su portavoz fue Filón, judío contemporáneo de Cristo. De las ideas de Platón y de los estoicos se formó un concepto de un Dios, incapaz de todo contacto con la materia. De ahí la necesidad de intermediarios, de los cuales el principal es el Logos. El segundo efecto de esta situación fue la influencia que tuvo en el mundo pagano que lo rodeaba, con lo cual se fue creando en todas partes un círculo de admiradores y neófitos de la religión judía, prosélitos, de los que se distinguían dos categorías: los “prosélitos de la puerta” que admitían el monoteísmo aunque sin someterse a la circuncisión y los “prosélitos de la justicia” que sí la admitían y estos eran reconocidos plenamente como judíos. Su importancia para el Cristianismo fue extraordinaria, pues entre ellos reclutaron los Apóstoles la mayor parte de los primeros cristianos.

Sarcófago. Museo de Arlés
Sarcófago. Museo de Arlés

CAUSAS DE LA RÁPIDA PROPAGACIÓN DEL CRISTIANISMO

El Cristianismo consiguió en poco tiempo extenderse de una manera portentosa. A ello contribuyeron, entre otras cosas, las circunstancias siguientes:

Primero.- “La fuerza misma de la verdad” frente a los mitos y fábulas del paganismo. La elevación y belleza de las soluciones a las grandes cuestiones que agitaban a la Humanidad, daba al Cristianismo un atractivo especial.

Segundo.- “La elevada moralidad de los cristianos” no sólo en su vida privada y pública, pero sobre todo en aquella cualidad, tan desusada entre los gentiles, del amor entrañable a los demás, que les impulsaba a sacrificarse por ellos. Hasta Juliano el Apóstata opinaba que el Cristianismo debía su crecimiento al ejemplo de sus obras de caridad.

Tercero.- “Serie de principios morales y doctrinales” tales como el reconocimiento de la dignidad humana, respeto y elevación del pobre y del esclavo, de la mujer y de todos los débiles y oprimidos por la moral pagana. También la doctrina moral sobre el perdón de los pecados.

Cuarto.- La intervención de la Providencia por medio de “carismas y milagros”.

Quinto.- “La fuerza irresistible del ejemplo heroico de los mártires”.

ESTORBOS A LA PROPAGACIÓN DEL CRISTIANISMO

Primero.- Por parte de los judíos por suponerlo contrario a la idea tradicional del Mesías y a la ley de Moisés.

Segundo.- Entre los gentiles se conjuraron contra el Cristianismo todos los fanáticos adoradores de los dioses, los sacerdotes y sacerdotisas de las falsas divinidades, los cuales veían amenazado su prestigio y medro personal.

Tercero.- Los filósofos y gente ilustrada, los ricos y gente mundana se sentían igualmente molestados por la austeridad del Cristianismo, por la doctrina de la cruz y de la caridad fraterna. Ellos fueron los que más contribuyeron con sus calumnias contra los cristianos a crear un ambiente de odio popular contra el Cristianismo.

LAS PERSECUCIONES

Al poco tiempo de existencia chocó el Cristianismo con los poderes romanos, con lo cual se llegó a las persecuciones, que llenaron los tres primeros siglos.

Causas:

1.- Influyó en las persecuciones la naturaleza misma del Cristianismo, el cual rechazaba por principio los dioses y el culto romano. Se presentaba a los cristianos como hombres sin conciencia y como enemigos del género humano.

2.- Hay que tener presente la actividad de los judíos, los cuales, sea para echarse de encima la odiosidad de la cual eran objeto, sea por su antipatía contra el Cristianismo, fomentaron por todos los medios aquel ambiente hostil.

3.- Más tarde se añadió la razón de Estado, es decir, el considerar a los cristianos como incompatibles con el Estado romano.

Emperador Nerón
Emperador Nerón
Emperador Vespasiano
Emperador Vespasiano

Base jurídica:

Siendo el Estado romano eminentemente jurídico, se debe admitir que no tomó aquella actitud contra los cristianos sin una base jurídica, sin una ley o leyes que la justificaran, creándolas si era menester. Por otra parte, es un hecho que las leyes existentes no daban bastantes armas, pues no existía ninguna que prohibiera una religión extraña, pues todas eran legalmente toleradas. Para ello se hizo una ley especial contra los cristianos. Igualmente se invocaban contra los cristianos las leyes penales ya existentes como el sacrilegio, la magia, la traición, la lex laesae Maiestatis o ley de lesa Majestad, que consistía en que los cristianos por negarse a participar en el culto del Emperador y en los sacrificios nacionales caían de lleno bajo el peso de esta ley, por la cual fueron perseguidos.

Primer período: Principio de las persecuciones

NERÓN: Dio inicio a estas con el pretexto del incendio de Roma, según parece, por orden del mismo Nerón. Supuesto el ambiente que existía contra los cristianos fue fácil hacer creer al pueblo que ellos eran la causa de aquella inmensa catástrofe. En efecto, se persiguió cruelmente a los cristianos, se les afligió con tormentos inauditos y hubo muchos mártires. Entre las víctimas más ilustres sobresalen San Pedro y San Pablo.

DOMICIANO: Los emperadores Galba, Vespasiano y Tito dejaron en paz a los cristianos. En cambio, Domiciano renovó la persecución, de la que consta que se derramó mucha sangre. Su principal víctima fue San Juan Evangelista.

Segundo período: Castigo de personas y grupos singulares

TRAJANO: La posición que tomó Trajano frente a los cristianos queda bien clara en el asunto de Plinio el Joven (entonces gobernador de Bitinia). La respuesta del emperador a la pregunta de cómo tratar a los que eran acusados de cristianos marca una nueva línea de conducta: “conquirendi non sunt; si deferantur et arguantur, puniendi sunt” (no deben ser objeto de caza; si son denunciados y está bien probado, los culpables deben ser castigados).

ADRIANO: Durante este reinado se siguió la misma política de Trajano. La persecución de los cristianos dependía del celo de la plebe o de los gobernadores locales. Tertuliano pone a Adriano entre los emperadores que no urgieron las leyes anticristianas.

ANTONIO PÍO: Este Emperador llevó más adelante todavía la benevolencia para con los cristianos. No levantó las disposiciones existentes contra ellos pero manifestó claramente su deseo de no derramar sangre cristiana. Instó para que no se tolerasen tumultos contra los cristianos.

MARCO AURELIO: El Cristianismo, favorecido en este período de relativa paz, aumentó rápidamente. Marco Aurelio, gran filósofo de la escuela estoica, no modificó el sistema de persecución pero a la vez urgió el cumplimiento de las leyes existentes.

CÓMODO: Persistió la misma legislación, aunque no se urgió como en tiempo de Marco Aurelio, lo cual se debía al carácter ligero de este Emperador. En ello pudo influir su concubina Marcia que algunos suponen cristiana. No obstante, hubo persecuciones esporádicas ya que las leyes persistían.

Emperador Cómodo
Emperador Cómodo

Tercer período: Persecución general no sistematizada

En este estadio se entró cuando los emperadores comenzaron a formarse el principio de que los cristianos eran peligrosos para el Estado. Entonces se abandona la fórmula de Trajano “conquirendi non sunt” y se pasa a una persecución directa.

Emperador Alejandro Severo
Emperador Alejandro Severo

SEPTIMIO SEVERO: Publicó un edicto, principalmente contra los judíos, que luego extendió contra los cristianos. Con otro edicto prohibió las asociaciones ilícitas, lo cual iba principalmente contra los cristianos. Con esto se inició una sangrienta persecución de carácter general.

CARACALLA: Al fin del imperio de Severo se inició un cambio favorable a los cristianos que luego se afianzó en tiempos de Caracalla, aunque siguió la persecución en África debido al procónsul Escápula.

ALEJANDRO SEVERO: Fue quien llevó más adelante el favor a los cristianos antes de Constantino. Parece que se debió a su madre Julia Mamea. El cristianismo fue adquiriendo gran predominio en la corte y gozó de larga paz.

MAXIMINO EL TRACIO: Cambió de política respecto a los cristianos a quienes se procuró arrojar de la corte. Aunque se cree que iba contra los directores o cabezas, no se llevó con rigor.

FILIPO EL ÁRABE: A la muerte de Maximino el Tracio se volvió a la tolerancia, por lo que a este período se considera como de una paz duradera.

Persecuciones generales

DECIO: Una de las cosas que trató de restablecer fue el culto del Emperador como religión del Estado. Como el Cristianismo, ya muy desarrollado, se oponía a ello, lo juzgó un obstáculo para sus planes por lo cual juró su destrucción.

VALERIANO: Al principio se mostró más bien favorable pero publicó un edicto contra los clérigos al que poco después siguió otro contra todos los cristianos. El motivo aducido fue el peligro político. Se cree que en el cambio de Valeriano influyó un tal Macrino, muy dado a las artes mágicas.

AURELIANO: Frente a los cristianos fue tolerante pero en el último año de su reinado publicó un edicto de persecución.

Última persecución. Edicto de Milán

DIOCLECIANO Y MAXIMIANO: Diocleciano se propuso dar al Imperio un esplendor extraordinario para lo cual lo reorganizó por completo y se asoció como Augusto en Oriente a Maximiano, Augusto de Occidente. La paz fue general durante la mayor parte del gobierno de Diocleciano de modo que es un hecho que los cristianos llegaron a adquirir gran prestigio, pero de repente se inició la persecución. Según parece Galerio fue quien le indujo a hacer la guerra contra el Cristianismo convenciéndolo de que eran el mayor obstáculo para sus planes de reconstrucción del imperio.

CONSTANTINO: Finalmente se hizo Constantino único dueño de todo el Occidente. Se promulgó en el año 313 d.C. el “Edicto de Milán” con el que se permitía a los cristianos la libertad de culto y reunión, y con ello en Occidente se pone fin a las persecuciones. En Oriente, sin embargo, continuaron todavía durante algún tiempo.

Emperador Diocleciano junto a los otros tres tetrarcas
Emperador Diocleciano junto a los otros tres tetrarcas

Autor: Valentín Ortiz Juez