Gloria de Roma
Si eres de los que sienten los ecos del pasado y te emociona imaginar lo que fue y pudo ser…
Si tu corazón es atraído por los susurros de los ancestros y honras la civilización que ellos nos legaron y defendieron heroicamente…
Si quieres saberlo todo y no sabes dónde buscar…
Bienvenido navegante de la historia, puesto que este es tu lugar. Echa el ancla en este buen puerto y adéntrate en las tierras de la Gloria de Roma.
El Ocio
El anfiteatro era un gran edificio suavemente ovalado como dos teatros juntos. Tenía gradas para los espectadores, una arena central y subterráneos donde se escondían animales, decorados y gladiadores. Los espectáculos más típicos del anfiteatro eran las luchas de gladiadores, peleas de fieras e incluso batallas navales, las naumaquias. Precisamente, de una de ellas proviene la célebre frase: “Ave, Caesar, Morituri te Salutant”, es decir, “Ave, César, los que van a morir te saludan”. Contra lo que comúnmente se cree tan sólo se ha documentado una vez y no hay motivos para creer que se usaba habitualmente.
Las luchas a muerte de los gladiadores despertaban el entusiasmo del público, que podía decidir la suerte del perdedor (con los pulgares, con pañuelos o exclamaciones). Los espectadores se sentían protagonistas de un espectáculo sangriento montado para su único disfrute. Los gladiadores solían ser esclavos, condenados a muerte u hombres libres arruinados. También existieron casos de honor y búsqueda de fama. Los más laureados conseguían la gloria y una vida acomodada.
Se distinguían por las armas que llevaban, y luchaban solos, en parejas, en grupos, o contra fieras. Los más famosos fueron los samnitas, mirmillones, tracios, reciarios y secutores.


Las Batallas
MONTE BADON (500 d.C.)
Épica y heroica victoria, la última de importancia, de los romanos en Britania. «El último de los romanos»: Ambrosio Aureliano (muy probablemente el inspirador de la leyenda artúrica, Camelot y el sueño de unidad británica), frena momentáneamente el avance anglosajón hacia el oeste, en la aún romano-britana Domnonea (actual Devon y regiones colindantes). Esta victoria es un espejismo, puesto que oleadas bárbaras siguen desembarcando en el sureste de la isla y su presión sobre los últimos reductos de resistencia se hace imparable. Todos los indicios apuntan a que la batalla del Mons Badonicus se libró en la actual Badbury Rings, a orillas del Stour, en Dorset.